El método científico

Judith, la muchacha que viene cada 15 días, lava mi baño y ella tendrá una mejor historia que contar. En todo caso, amanecí con una tarea muy extraña en el cabeza. Después del último ataque psicótico de mi hermano, cuando íbamos en el carro, me puse a investigar y resulta que esos ataques, que llevan más de 20 años con él, pueden deberse a la vez que el loco del barrio, Nelson, le abrió la cabeza de un golpe con un palo.

Al venía manejando una bicicleta con otros chiquitos y el imbécil ese lo botó de un golpe en el estómago, Al cayó al piso, el siguiente golpe lo erró, le dio al marco de la bici. Pero el tercero fue fulminante, le dio justo en el lado derecho del cráneo, de no haber estado cerca mi hermano, Guili, un amigo mayor y yo, probablemente lo habría matado.

Escribir esa última frase me estremece. Me nubla la vista recordar a Al de unos 10 años gritando en la calle mientras Nelson lo atacaba. Tal vez eso hace que mi hermano sea tan agresivo, nunca lo supimos. No han habido exámenes, pese a mis esfuerzos, que han sido pocos, no sé.

Entonces hoy pensé por la mañana camino al baño, ¿qué tal si yo viajara en el tiempo al cuerpo del Luis de aquel entonces?, siempre tengo esa fantasía, pero nunca había imaginado viajar tan atrás. Devolverme 25 años al pasado, al cuerpo de un niño de 12, pero con todo el conocimiento que tengo hasta ahora. No he parado de fantasear en esto durante toda la mañana.

¿Qué le diría a mi hermano aquel día? evitar la tragedia habría sido fácil, no quiero hablar de bifurcaciones en lineas temporales o ninguna de esas mierdas. Supongamos que lo evito y ya. Le digo que me acompañe a jugar basket aunque en ese momento no le gusta. Supongamos que regresamos a casa y él tiene su cráneo intacto. Y me quedo ahí, en ese momento, sabiendo que se viene el 9-11, el coronavirus y el Mundial Brasil 2014.

Hablo excelente inglés para mi edad, sé que es una paráfrasis y un enlace covalente y no tengo que volver a estudiar una mierda en el colegio. Logro hacerme del dominio luis@gmail.com. Dibujo planos desde los 12 años en la rudimentaria PC que hay en casa. Miro a mis compañeros de barrio y colegio con ternura sabiendo que no saben que en adelante el mundo se va a destruir cada 2 años.

Me salgo un rato de la fantasía, hay que pagarle a Judith en efectivo y tengo que ir al cajero que queda a unas cuadras. Justo a la par del que fue mi colegio en ese entonces. Odio ese perro que siempre me ladra cuando le paso a la par, pero esta vez no hizo nada. Paso por el edificio sin terminar, con sus andamios y sus plásticos en lugar de ventanas, a donde se pasarán a vivir mi ex cuñado y su esposa en algún momento, ojalá no lo terminen nunca, o lo terminen cuando yo me haya ido.

No puedo recuperar todas las imágenes y momentos que la construcción detenida de ese edificio simboliza. Pienso tantas cosas, tan urgentes, tan maravillosas, tan precisas y a la vez volátiles, una tras otra. De repente, para detenerme en una, insulto a esos influencers de turno que tienen su pensamiento diario y lo publican. Los pensamientos son un hilo infinito que a veces no conviene cortar, a veces no conviene escribir, este mismo texto es un despropósito, mucho mejor es la aventura de seguir pensando y explotar en curiosidad, tan enorme es imaginar que tuvimos que salir con un método para sintetizarlo, tuvimos que reducirlo a partes y hacerlo coherente para que tuviera una manifestación en la realidad, para que tuviera consecuencias, qué tarea estúpida la de creer que uno tiene un mensaje que dar a una audiencia diariamente, ¿a cambio de qué? ¿Followers?

Al llegar a la puerta del colegio me veo reflejado en un vidrio de la entrada. Tengo esta pinta de estereotipo latino de anteojos oscuros, pelo largo y barba mal cerrada de las películas de narcotraficantes. ¡Qué bien! no todo el mundo llega a los 36 siendo un estereotipo. En el parqueo del colegio pienso en mi hermano, en dejarlo en esa entrada y creer que al menos ahí en el colegio está seguro, que no hay piedreros esperándolo para abrirle la cabeza.

En los alrededores hay muchas oficinas con letrero de Se Alquila. La pandemia cerró negocios y hay basura, demasiada basura en las calles desiertas. Sigo fanteseando con volver a 1997, en no tener prisa, ver al país moverse errático por su agenda de aperturas y cierres. Sé el resultado de cada votación en las elecciones y no se lo digo a nadie. En la casa mi mamá nos trata con la violencia con la que a ella la tratan en su trabajo. Es irreparable, y no hay dinero que yo pueda hacer en ese entonces para sacarnos de esa situación, sería sospechoso que un colegial de repente tenga fondos para buscarle ayuda.

Estoy atrapado en ese cuerpo de 12 años, sabiendo lo estúpido que es todo, pero al menos salvé a mi hermano, al menos nos salvé de él, al menos nos di una oportunidad. Ahora pasa una brisa cerca del cajero automático, una brisa que no existía en 1997 porque no estaban construidos los rascacielos que hay ahora en La Sabana, estoy de regreso en el año 2021, en mi cuerpo de 36 años, fumador, delgado, estereotipo latino. No soy más un prisionero.