No saber quedarme quedito fue una deficiencia de niño que con la adultez ha ido empeorando.
Los médicos me dijeron que ante esta situación tenía que canalizar la pulsión hacia alguna vía productiva, para pagarles la cuenta y eso.
Uno de ellos incluso me dijo que tiendo a depositar demasiada confianza en las figuras de autoridad aparente, por supuesto que le hice caso, tenía la pared empapelada de diplomas.
Con esto en mente, inicié un proyecto de fabricación, como para materializar fuera de la computadora muchas ideas que por años han estado en archivos. Y también para tener algo que enseñarle a los doctores y a los parientes en las fiestas y reuniones.
Con ustedes, tallercortelaser.com, un lugar para convertir en visible lo que tal vez no debió pensarse. O bueno, la otra excusa maravillosa: para compartir el diseño a nivel global de manera local, fabricando nuestros propios artefactos.

Salud,